Desde los inicios de una aventura soñada en 1874, por nuestros ancestros visionarios en el periodo de la “Champagne Pouilleuse”, con una necesitad creada por la quinta generación, compartimos con ustedes casi 150 años de historia, los cuales han contribuido a la longevidad de nuestra Casa Duménil.

El pasado nos lleva primero al siglo X, bajo el reino de Luis IV, momento en el cual se empiezan a encontrar marcas de la familia Duménil en los archivos comunales. En esta época de la Edad Media, la prestigiosa Abadía de Saint-Remi, en Reims era dueña de vides en Chigny-les-Roses, Rilly-la-Montagne y Ludes « premiers crus » de la grande Montaña de Reims y cuña de la propiedad familial. Las vides servían para elaborar el vino de misa, los monjes, después de siglos de atenta observación han clasificado los “crus” en función del potencial de guardia y de la complejidad aromática de los vinos. En 1874, del matrimonio entre Jeanne-Amélie Laverne y Emile-Paul Duménil nace el Champagne Duménil. Nombre que conserva actualmente a pesar de los matrimonios futuros, y evoluciones sucesivas.

Vendedores locales, cafetaleros, comerciantes de vino y por supuesto viñateros, todos ellos nos han precedido impulsados por el sentido del comercio y la pasión que siempre nos han animado.

Bisnieta de la Casa Duménil, Frédérique decidió retomar la dirección de la propiedad en 2000. Inspirada por su padre, Michel, la primera le acompaña a todos lados: En las vides, en la bodega o hasta en las cavas para tomar en cuenta sus preciosos consejos, sus comentarios de cata o los secretos de cada parcela. Heredero de un linaje de viñateros, cosecheros y técnicos, quienes desarrollaron su marca bajo el nombre de «Champagne Jany Poret », Hugues Poret se involucró desde muy joven a los trabajos relacionados con la vid. Bajo la mirada atenta de su abuelo André y su padre Jany, su visión del trabajo se construye gracias a su experiencia en otros viñedos en diferentes lugares. Muy pronto, una real complicidad liga Hugues a su suegro, Michel. Los viñedos Duménil y Jany Poret están entonces trabajados en la misma filosofía: Exigir y cuidar los detalles.

En 2005, siguiendo el fallecimiento de Michel, la unión de las 2 marcas se acelera. En 2006, un edificio moderno está construido para acoger a las dos propriedades. El centro de prensado y la bodega, históricamente instalados en Chigny-les-Roses, se vieron transferidas en Sacy. EL champagne Jany Poret se convierte a su vez cosechero y técnico… mientras conservan la tipicidad de los vinos del terruño de Sacy.

Los años pasan, y los “crus” no se parecen entre ellos. Nuestro viñedo de 8 hectáreas “100% Premier Cru”, ubicado en el centro de la Montaña de Reims está certificada de Alto Valor ambiental. Viñedo repartido sobre 4 pueblos (Chigny-les-Roses, Ludes, Sacy, Rilly-la-Montagne) representando más de 80 parcelas.

Nuestro terruño está lleno de sutilidades y secretos que hemos aprendido a controlar. En Chigny-les-Roses en particular, las parcelas están protegidas de los vientos dominantes por la Montaña de Reims, la exposición frente al Norte asegura la frescura de las cosechas.

Plantas están constantemente cuidadas.

El viñedo de Chigny-les-Roses crece sobre una creta blanca profunda, superado por limo y arcilla en superficie. Del lado de la vid: encontramos una plantación cualitativa con ganancia moderada, se trabaja la vid en función del subsuelo y de la exposición, la tala es estricta, el desyemado minucioso, la labranza de los suelos por caballo o la eliminación mecánica de las malas hierbas. El suelo y las plantas están constantemente cuidadas.

Del lado de la bodega: laboratorio de control de calidad de la uva, las prensas de 4000 kilos de la marca “Coquard” con tabla de prensa inclinada y Magnum de membrana. Elegimos al inox para controlar las fermentaciones y conservar la solera, así como los vinos de reserva. La propriedad invirtió en una herramienta de prensado muy cualitativa. En Sacy, un estudio geológico, dirigido por Geoffrey Orban, consejero emérito en vinos, demuestra que el pueblo fue invadido por el mar en la era del cretáceo. En consecuencia de eso, el pueblo tiene una tierra arenosa y pobre que va a obligar la vid a extraer en el subsuelo de característica gredoso para expresar toda su ligereza. El Pinot Meunier está aquí, gracias a este suelo drenante. Nuestro trabajo de artesano viñatero, es mantener esta exigencia a cada etapa del proceso de viticultura y vinificación. Nada, jamás, se deja al azar en cuanto a lo que compone esta alianza sútil entre el saber hacer ancestral y las técnicas más modernas.